lunes, 24 de noviembre de 2014

Batman 6: La noche de los Búhos - Final

Leído en noviembre de 2014. En el sexto tomo de Batman —en el undécimo número de la serie original— concluye la saga “La noche de los Búhos” con un cierre más que satisfactorio de las asombrosas revelaciones del número anterior. El episodio de cierre es poco más que una larga pelea entre Batman y su inesperado enemigo, seguido de un largo epílogo muy dialogado en el que se abren nuevas incógnitas de futuro. Dado que en estas notas de lectura no estoy moderando los elogios, no me cuesta reconocer mi entusiasmo por esta etapa de Snyder y Capullo, de cuya brillantez la saga “La noche de los Búhos” es una muestra más que notable. El volumen también ofrece el Batman 12, un episodio de relleno de lectura francamente agradable en el que Batman no es más que una presencia marginal y que sirve para “construir” Gotham City para los lectores más jóvenes, y los números 13 de Batman y de Detective Comics que acaban ambos en cliffhangers que prometen mucho y muy bueno para el siguiente volumen. Prometen tanto, de hecho, que no sería raro que el lector de estos tomos recopilatorios tuviera la tentación de pasarse a la serie regular de tebeos de grapa. De momento, evitaremos esa tentación emprendiendo otras lecturas batmanianas como el Batman Eterno.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Batman 5: La noche de los Búhos - Parte 2

Leído en noviembre de 2014. Un poco escamado por la lectura del anterior volumen, continúo la lectura de la saga “La noche de los Búhos”, con un quinto tomo en el que esperaba encontrarme con sensaciones diversas (y dispersas) pero que, una vez leído, me parece mucho más coherente y disfrutable que el cuarto. El volumen incluye otro tie-in de la saga —el número 9 de Red Hood and the Outlaws, de escaso interés— y, entre los números 9 y 10 de la serie original Batman, recoge dos episodios muy apreciables. El primero de ellos es el Batman: The Dark Knight 9, con una historia que amplía lo que se narra en Batman 9 en un registro muy coherente con el terror psicológico de la serie principal, y que cuenta con un dibujo espectacular de David Finch. El segundo es el Batman Annual 1, que despliega una historia larga y compleja de Scott Snyder y James Tynion IV que ahonda en la personalidad y las motivaciones de uno de los enemigos clásicos de Batman. El volumen se cierra con el número 10 de Batman, un episodio excelentemente escrito por Snyder y dibujado con el nivel habitual de Greg Capullo, que, sin duda, es uno de los episodios memorables de esta nueva etapa de las aventuras del personaje.

jueves, 20 de noviembre de 2014

¡Universo! 1

Leído en noviembre de 2014. Panel Syndicate es una plataforma de distribución de cómic digital creada por los autores Brian K. Vaughan y Marcos Martín para la comercialización del comic book digital The Private Eye, obra de los citados autores y de Muntsa Vicente. Después de albergar ocho números de The Private Eye, Panel Syndicate se ha convertido en el hogar de una nueva serie de comic books: ¡Universo!, obra de Albert Monteys, conocido y admirado autor de cómic de humor que, en esta ocasión se adentra en el territorio de la ciencia ficción. La relación de Monteys con la ciencia ficción no es una gran novedad: tanto la monografía Calavera Lunar, uno de los títulos legendarios del autor, como Carlitos Fax, la serie futurista sobre un robot creada por Monteys para la revista infantil Mister K., pertenecen por derecho propio al género, al menos a esa variante del género más satírica, paródica y aventurera que especulativa y sesuda. Lo que sí es una novedad, o al menos es algo que podría sorprender a los lectores habituales del autor, es que ¡Universo! es ciencia ficción pura y dura. Algo de humor tiene, obviamente, como no puede ser de otro modo tratándose de una obra de Monteys. Pero es un humor de tono suave, un humor que matiza y humaniza la historia de especulación cientifico-técnica dura. Mejor no dar muchas pistas del argumento de este primer ¡Universo!, baste decir que en su historia, que abarca un desarrollo temporal de varios millones de años, se mezclan aromas de sátira sobre el capitalismo ultra-avanzado con aires de epopeya portátil sobre viajes en el tiempo; o que se hacen colisionar el vértigo íntimo de un crononauta en una misión a escala universal con el absurdo de la burocracia corporativa. Los que conocemos al autor sabemos que es absurdo buscar referentes explícitos y citas concretas en una obra como esta. Leyendo ¡Universo! queda muy claro que Monteys conoce a los grandes autores de ciencia ficción, sobre todo a los grandes cuentistas del género; queda claro, decíamos, que en este ¡Universo! están Dick, Lem o Bradbury. También están, obviamente, Jack Kirby y Steve Ditko. Y, puestos a jugárnosla —aunque creo que aquí apuesto sobre seguro—, diría que también están las historias del Doctor Who de Russell T Davies… Y todo ello plasmado en un dibujo brillante, un color portentoso y, lo que ya está garantizado siempre en la obra de Monteys, un deslumbrante uso de los recursos narrativos propios del cómic. Necesitamos más viajes por este ¡Universo! ya.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Batman 4: La noche de los búhos



Leído en noviembre de 2014.  El cuarto tomo de la reedición trismestral de Batman es un compendio de seis tie-ins que narran diferentes momentos de la saga La noche de los búhos. De hecho, narran lo que ocurre en las colecciones de “la familia Batman” durante esa noche, que no es más que un enfrentamiento entre cada uno de los personajes principales de la cabecera y uno de los asesinos (conocidos como “garras”) enviados por el tribunal de los búhos para sembrar la muerte en Gotham. A mi juicio, un compendio de tie-ins no suele resultar una lectura especialmente grata. Se entra en cada episodio in media res, sin conocer al personaje, sin haberle cogido el cariño que los lectores de cómics de superhéroes sabemos que se les puede llegar a coger a los personajes, y se sale del capítulo sin haber llegado siquiera a atisbar la profundidad del microuniverso que cada serie construye. Esa visita momentánea a un episodio aislado de cada colección me parece, en definitiva, una forma contra natura de leer seriales.
En este caso el tomo recopila los números 9 de cada una de las series presentes. El resultado es diverso: hay tie-ins que permiten intuir una colección interesante detrás —es el caso de Nightwing o Batman and Robin—, otros despiertan un interés más bien nulo—como Birds of Prey o Batwing—, y algunos quedan a medio camino —como Batgirl—. Soy consciente de que estas opiniones sobre las citadas series son impresiones apresuradas a partir de la lectura de un solo número. Y sí, sé que puede ser injusto juzgar una serie por un solo número, como igualmente injusta puede llegar a ser la editorial con el lector al entregarle como parte de una colección fragmentos de otra cuya inclusión no parece del todo necesaria. Porque francamente, cinco números con cinco peleas de cinco personajes con otras tantas “garras” no parece un complemento imprescindible para la colección principal. He dicho cinco intencionadamente, dado que prefiero no contar la entrega de Detective Comics que incluye el volumen —porque mención aparte merece que se incluya el número 9 de Detective Comics cuando el último numero de esa colección incluido en los tomos de Batman de ECC era el 4, es decir que son cuatro los números de Detective Comics que desaparecen en la edición española de Batman por (discutible) criterio editorial— . En fin, nada que los lectores de las ediciones españolas de cómics americanos no hayamos vivido ya.


miércoles, 5 de noviembre de 2014

Fatale 2: Los trabajos del Diablo

Leído en octubre de 2014. En la nota de lectura del primer libro de Fatale, afirmaba que compraría y leería el segundo libro en cuanto saliera. Por simple que fuera hacerlo, no he cumplido ese propósito, y no ha sido por falta de ganas, sino porque los planes nunca salen bien. Y para muestra de que los planes nunca salen bien,  sirva la historia de este segundo libro de Fatale, que recopila los números 6 a 10 de la serie original. Una historia que es, como no puede ser menos, pura fatalidad. El desarrollo del arco argumental sigue una estructura idéntica a la que daba forma al primero, en una construcción de líneas temporales paralelas en los que los hechos del pasado afectan a los del presente en una implacable lógica del horror. Las tonalidades del relato en este segundo libro también muy parecidas a las del primero. Hay thriller contemporáneo de acción y violencia —en la continuación del viaje de Nicolas Lash en busca de la solución al misterio que lo atormenta, la identidad de la misteriosa Josephine—, y noir clásico con esas grandes dosis de romanticismo delirante que pide una trama que gira en torno a una femme fatale eterna. La acción de esta segunda línea se traslada al Hollywood de los 70, en una combinación de espacio y tiempo que resulta muy estimulante: la tremendamente efectiva mezcla de la crónica negra de Hollywood —que parece estar siempre de actualidad, como demuestra el hecho de que nada más y nada menos que David Cronenberg se mete de lleno en el tema en su última película Maps to the Stars (2014)— con del mundo de las sectas ocultistas sirve para constatar una vez más el talento mayúsculo de Brubaker en los distintos mundos de la narrativa de género negro. Por su parte, Sean Phillips continúa desarrollando un trabajo de puesta en imágenes certero, sin grandes alardes, que, precisamente por eso, por estar siempre entre los márgenes del tono justo que pide la historia, resulta muy destacable. Un excelente cómic que merece todos los reconocimientos que ha ido cosechando a lo largo de su historia editorial.