lunes, 9 de marzo de 2015

Batman 7: El regreso del Joker - Parte 1

Leído en marzo de 2014. Continúo con la lectura de los tomos recopilatorios de Batman de periodicidad trimestral y llego al séptimo, que recoge los comic book Batman 14 y 15 y Detective Comics 14 y 15, todos ellos publicados originalmente en 2012. Los dos primeros contienen dos episodios del crossover El regreso del Joker: La muerte de la familia, cuyo título original es una clara referencia al mítico arco argumental de Jim Starlin y Jim Amparo A Death on the Family (1988-1989), en el que se narraba la muerte del segundo Robin, Jason Todd, a manos del Joker. Sin profundizar demasiado en la historia del personaje de Jason Tood, puede decirse que lo ocurrido en A Death on the Family fue durante mucho tiempo un acontecimiento crucial en la continuidad de la serie y en la evolución de Batman. Con tan ilustre referencia en el título, el lector de este nuevo crossover no puede más que esperar un relato vibrante, cargado de tensión y de reflexiones sobre el amor y la responsabilidad de Batman hacia los suyos. Sin embargo, lo que se plantea en estos dos episodios iniciales es simplemente (que no es poco) un nuevo enfrentamiento entre Batman y un Joker de energías y locuras renovadas, que, eso sí, anuncia a lo grande que pretende acabar con toda la familia del justiciero de Gotham. Como es ya habitual en esta nueva etapa de Batman, el argumento de Scott Snyder es intenso y emocionante en su acercamiento al psycho-thriller, mientras que el dibujo de Greg Capullo no ofrece en esta ocasión grandes sofisticaciones narrativas, pero sí alicientes para disfrutar de una mirada atenta a las páginas. Por su parte, en sus dos entregas de Detective Comics John Layman y Jason Fabok nos relatan el enfrentamiento de Batman con unos cuantos enemigos clásicos: El Pingüino, Hiedra Venenosa y Clayface, en una historia que tiene momentos francamente sugerentes y que resulta una buena lectura dentro de los estándares del género.

martes, 3 de marzo de 2015

Marvel Limited Edition: The Rampaging Hulk

Leído en febrero de 2015. Los magazines en blanco y negro editados por Marvel Comics en los setenta son un material muy apreciado por coleccionistas y nostálgicos de la época dorada de la editorial. Más allá del valor anecdótico que tiene el hecho de que Marvel apostara por un formato diferente a su habitual comic book buscando un público más adulto y sofisticado, estos productos editoriales son valiosos y siguen vigentes porque ofrecían excelentes trabajos de autores comprometidos con el cómic de calidad. Cabeceras como, por citar unas pocas, Savage Tales, Monsters Unleashed, Deadly Hands of Kung Fu, Marvel PreviewBizarre Adventures a partir de 1980–, Marvel Super Action o The Rampaging Hulk merecen sin duda una reedición en condiciones para todos aquellos que buscan antes buenas condiciones de lectura que la “originalidad” de la primera edición del material. El último magazine de los citados en la lista, The Rampaging Hulk, tiene ya esa merecida reedición de lujo: se trata del segundo volumen de la colección Marvel Limited Edition, coproducida por Panini Comics y la distribuidora SD.
El tomo contiene los números del 1 al 9 de The Rampaging Hulk, las nueve entregas de la revista publicadas antes de que esta cambiara de enfoque y de título —pasó a llamarse The Hulk!— y cambiara el blanco y negro por el color. Nueve entregas inolvidables que ofrecen una serie de historias en las que, en un arriesgado ejercicio de retrocontinuidad, se regresa a los primeros momentos de existencia (en la ficción) del personaje. Este paso atrás en el universo de la ficción permitió un notable grado de libertad en los autores responsables de las historias, libertad que resulta evidente para el lector del volumen y que se desarrolla en dos líneas: en primer lugar, en el planteamiento de las aventuras de Hulk en el marco del universo Marvel —con encuentros con La Patrulla-X, Los Vengadores o Namor que no tenían por qué respetar la continuidad creada hasta ese momento—. En segundo lugar, hay una libertad en el tono de las historias. Desde luego estamos, como dice la publicidad, ante “el Hulk más salvaje, primario y poderoso que existe”, pero también estamos ante algunos de los relatos más socarrones y divertidos que se han hecho del personaje, historias sembradas de detalles graciosos —o simplemente simpáticos— que relajan la tragedia de la condición de Hulk, y que contienen momentos tan pura y locamente Marvel como ese instante del número 3 en el que la acción pasa del escenario de un bucólico paisaje francés a un espacio-tiempo distorsionado y a la cuarta dimensión sin solución de continuidad. El guionista que brilla en todas esas historias es un espléndido Doug Moench, acompañado de unos dotadísimos Walter Simonson, Keith Pollard, Jim Starlin y Sal Buscema. Es, como diría el tópico, un repoker de artistas fenomenales que nos ofrecen un trabajo que se lee con emoción y con una sonrisa permanente. Una obra que nos traslada a un momento histórico —los locos setenta— y a un lugar —la redacción de Marvel Comics— en los que el entretenimiento popular se hacía francamente bien.