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jueves, 5 de enero de 2017

Las emocionantes aventuras de Lovelace y Babbage

Leído en abril de 2016. Tenía pendiente anotar la lectura de este estupendo libro que tuve la oportunidad de presentar en abril de 2016 en la librería Gigamesh de Barcelona, en un acto que contó con la presencia de la autora y del profesor de la UOC César CórcolesLas emocionantes aventuras de Lovelace y Babbage es la versión española —a cargo de Editorial UOC y por iniciativa de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC—, de The Thrilling Adventures of Lovelace and Babbage, la novela gráfica de la ilustradora, animadora y creadora de efectos visuales para cine Sydney Padua. El libro, primera obra en historieta de la autora, recibió el Premio Neumann de la Sociedad Británica para la Historia de las Matemáticas y fue finalista en los Eisner de 2016.
La propia autora explica que la idea del Las emocionantes aventuras de Lovelace y Babbage vino después de emprender una pequeña investigación sobre la relación de colaboración entre Ada Lovelace —”científica poetisa, analista y metafísica” según propia definición, precursora de la informática y, detalle nada menor, única hija legítima del célebre poeta inglés Lord Byron— y Charles Babbage —el “padre de la computación”, creador de la máquina analítica, primer diseño teórico de una máquina programable para el cálculo—. La historia de Lovelace y Babbage acababa mal: ella murió joven y él no pudo acabar de construir su máquina analítica. El impulso creativo de Padua la llevó a imaginar una realidad alternativa en la que Lovelace y Babbage terminan la máquina, y combinando sus talentos, la usan para resolver toda clase de problemas y luchar infatigablemente por el bien y la grandeza del Imperio de su majestad la Reina Victoria. La “pequeña investigación” se convirtió en una gran investigación y esa “realidad alternativa”, sin dejar de ser claramente una obra de ficción, comenzó a apoyarse en en una ingente cantidad de datos, notas, bocetos y visualizaciones de la máquina.
Todo ese trabajo, publicado inicialmente en forma de blog, acabó convertido en un libro en el que Padua combina con gran encanto y mucho acierto tres líneas de exploración narrativa: una nada disimulada (como debe ser) aproximación de género a la matemática y a la informática como homenaje a la figura de Ada Lovelace, una divulgación de la historia de los inicios de la ciencia informática, y una ficción con aires de aventura steampunk francamente entrañable. Esas tres líneas narrativas se construyen sobre un guión cargado de información histórica y de humor, y sobre un dibujo que muestra cierto aire de familia, cierta relación de parentesco siquiera lejano, con las formas expresivas de Albert Uderzo, Walt Kelly o Christophe Blain (por citar algunos nombres que podrían venir a la mente al leer a Padua). Dibujo que, además, se amalgama con un uso muy expresivo de la tipografía, con anuncios de diseño victoriano y con infinidad de diagramas y esquemas conceptuales. Y, por si no había quedado claro el rigor de la investigación, con centenares de notas a pie de página.