Leído en mayo de 2015. El segundo número de Star Wars de Aaron y Cassaday sigue la historia en el punto en que quedó en el primero. Lo que leemos, por tanto, es la estricta continuación de la refriega del trío protagonista con las fuerzas del Imperio. El número contiene apenas tres o cuatro escenas —todas ellas largas y desarrolladas con brillantez narrativa por Cassaday— que incluyen un par de momentos de acción sumamente gozosos. Una lectura agradable por lo que cuenta y, sobre todo, por lo bien que lo cuenta.
Si en Star Wars Aaron y Cassaday nos explican las peripecias desde el punto de vista de los héroes de la Alianza Rebelde, en Darth Vader Kieron Gillen y Salvador Larroca, dos autores hot en la Marvel reciente por sus trabajos en Thor o Iron Man, nos cuentan la historia desde el punto de vista del Imperio, con el enorme personaje que es Darth Vader como protagonista total.
El planteamiento es, desde luego, muy interesante, pero a mi juicio la serie no alcanza en este primer número el mismo nivel que su colección hermana. Aunque la presencia de un icono como Darth Vader asegura placeres para muchos tipos de lectores, lo que Gillen y Larroca ofrecen a lo largo de este primer número son, fundamentalmente, conversaciones del más famoso de los Lores Sith con otros personajes, conversaciones siempre basadas en la amenaza, en la intimidación; basadas, en suma, en la “política”. Teniendo en cuenta que la máscara de Darth Vader —a pesar de ser, como se ha dicho, muy “icónica”— no es especialmente expresiva, se echa de menos que el planteamiento dramático vaya un poco más allá de mostrar una serie de escenas de diálogo un tanto estáticas. Sin duda así será, pues el final de este primer número de Darth Vader presenta ya a unos personajes muy esperados, y anuncia una trama, ya conocida por los espectadores y lectores de la saga, que promete emoción.
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