Leído en abril de 2017. Una niña que se enfrenta a un cambio inminente y un ser monstruoso varado en un espacio y un tiempo que no son los suyos. Una inadaptada y un desplazado. Esa es la extraña pareja protagonista de este Moon Girl y Dinosaurio Diabólico que leo, como suele ocurrir, con varios meses de retraso respecto a su aparición en edición española. La idea, como es sabido, es una puesta al día de un concepto creado por Jack Kirby que hibernaba en el cajón de los clásicos de culto de Marvel olvidados por el gran público. Escrito por Brandon Montclare y Amy Reeder y dibujado por Natacha Bustos, este primer arco argumental de la serie ofrece al lector una aventura ligera que pone el énfasis, precisamente, en la diferencia. La diferencia de esta nueva encarnación respecto de la idea original de Kirby y la diferencia de la protagonista, la preadolescente Lunella Lafayette o Moon Girl, respecto a sus compañeros de escuela, respecto a los chicos y chicas de su edad y respecto a cualquier otro héroe Marvel.
Un tebeo diferente, con el que este lector ha disfrutado del dibujo y la narración de una Natacha Bustos que se muestra técnicamente muy dotada y brillante en muchas ocasiones. Este anotador de los papeles se declara incapaz de determinar si existe en nuestro mercado un gran público capaz de apreciar una obra así; también, a pesar de no haber entrado de pleno en la historia que propone el libro, se declara culpable de haberse emocionado con la dos o tres últimas páginas —hay que reconocer a los creadores que saben como acabar un arco argumental. Además, el tomo es un magnífico objeto editorial que incluye todos los extras que se suponen en una edición de lujo.
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