Leído a finales de mayo de 2014. Cuando anoté en este diario mis impresiones sobre el primer volumen de Los archivos de Creepy, comenté que iba a seguir consignando las lecturas de todos los tomos de esa colección, y también las de la recopilación de Eerie. Así que allá vamos. El primer aspecto destacable es que no hay ninguna diferencia conceptual o de enfoque editorial entre Eerie y su cabecera hermana Creepy. Eerie no era más, ni menos, que la segunda antología de historias de terror del editor James Warren.
Este primer volumen de Eerie comienza algo titubeante en sus páginas iniciales —que son las que corresponden, lógicamente, al primer número de la revista—, páginas que presentan una calidad algo cuestionable, pero apenas avanzamos en la lectura, y ya desde el segundo número, los trabajos de creadores del calibre de Steve Ditko, Alex Toth y Gene Colan sitúan la calidad media del libro en un nivel estratosférico. Aunque cualquiera de las historias dibujadas por los tres autores mencionados es memorable, hay al menos una de cada uno de ellos que pocos dudarían en calificar de obras maestras. Son “Visión del mal”, de Alex Toth (Eerie 2, 1966), “El asesino del hacha”, de Gene Colan (Eerie 4, 1966), y “Magia negra”, de Steve Ditko (Eerie 5, 1966), todas ellas con guion de Archie Goodwin. También están escritas por Goodwin las dos magníficas historias dibujadas por Angelo Torres —“¡El alma del terror!” (Eerie 3, 1966) y “¡El dios del pantano!” (Eerie 5, 1966)— que completarían el quinteto imbatible de este primer e imprescindible volumen de Eerie.
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