Leído en junio de 2014. De las bondades y la vigencia de Richard Corben ya escribí hace pocos días, a propósito de la lectura de La casa en el confín de la Tierra. Como dejé escrito entonces, toca seguir pasando revista al Corben terrorífico de los años 2000. Y toca seguir con Ragemoor, una obra hecha en colaboración con su viejo compinche Jan Strnad, con quien ya realizó clásicos del cómic de los últimos setenta y primeros ochenta como Las mil y una noches, Mundo mutante o Jeremy Brood.
Ragemoor es una historia de terror gótico y horror cósmico sobre maldiciones familiares, castillos que albergan horrores insondables y abominaciones sin fin. Está claro de donde proviene el material que abastece la pesadilla del dúo, y, de hecho, todo lo que he leído sobre la obra tiende a liquidarla como un mero pastiche de Poe y Lovecraft. Creo, sin embargo, que, como como suele ocurrir con las citadas creaciones del dúo Strnad-Corben, Ragemoor se extiende más allá de sus referencias obvias. Es evidente que la obra gravita alrededor del argumento seminal de La caída de la Casa Usher y de horrores venidos de un universo lovecraftiano, pero tanto la historia y los diálogos de Strnad como el dibujo de Corben llevan Ragemoor a un nivel incluso superior de abyección, a un horror alucinado mucho más demente en el que pueden adivinarse (y disfrutarse) sombras de humor negro clásico y delirios de filiación surrealista. Seguro que, junto a las obras completas de Poe y Lovecraft, en la mesita de noche de Strnad y Corben hay ejemplares de la Antología del humor negro de André Breton y de alguna que otra obra de Topor.
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